Lo
peor de reincorporarse al trabajo es el día anterior. Lo comprobé con mi hija
pequeña aquel domingo en el que acababa mi baja maternal y a la mañana
siguiente tenía que separarme de ella. Pensé que no sobreviviría a ese trauma.
Ni ella ni yo. Pero al volver a casa me di cuenta de que había dormido (poco),
había comido (poco) y, además, sonreía (mucho). Está claro que yo lo llevaba
peor.
Tenemos la suerte de que su padre se
queda con ella cuando yo trabajo, y yo me quedo con ella cuando él trabaja, así
que los primeros meses no hemos tenido necesidad de sacarla de casa. Sin
embargo, si la llevásemos a una guardería o la cuidase otra persona, la
mecánica sería más o menos la misma: yo dejo preparada su comida, sus pañales,
su ropita y estoy al otro lado del teléfono presta a salir corriendo si hace
falta (cosa que hasta ahora no ha hecho falta, afortunadamente).
La primera semana nos costó que
comiese lo que yo le dejaba en la nevera, era capaz de esperar cuatro, seis y
hasta ocho horas sin apenas probar bocado con tal de esperarme. Consulté a
varios profesionales sobre este tema y todos coincidieron en que era normal, y
que "no pasaba nada". Tan pronto yo llegaba a casa ella se enganchaba
al pecho como si no hubiese un mañana, así, comía todo lo que no había comido
en mi ausencia, y "tomaba previsiones", para el día siguiente.
La situación duró unos días. Era cuestión
de adaptarnos. Poco a poco se fue dando cuenta de que mamá volvía, por lo que
cada vez iba confiando más en papá y comiendo con él aquello que yo le dejaba
preparado. La clave está en no desesperarnos.
Tampoco es necesario
"adelantarnos" a la separación. Todo tiene su tiempo. No tiene
sentido comenzar a darle biberón u otros alimentos unas semanas antes por el
simple hecho de que "el mes que viene me voy a reincorporar al trabajo".
Es como si nosotras, estando de baja, fuésemos cada día al trabajo para
"irnos acostumbrando". Si estamos amamantando, con sacarnos la leche
y dejarla lista para sus tomas, es suficiente. No tiene mucho misterio, porque
"mi bebé seguirá estando bien aunque yo me reincorpore a trabajar". La
vida sigue, y si esa transición la hacemos de forma pausada, tranquila y a su debido
tiempo, en vez de traumática, será feliz.
Bueno, es una experiencia compartida y que nos prepara frente a un hecho. Qué pasará cuando mamá se vaya a trabajar?
ResponderEliminarAsí es Josefa, es una experiencia compartida que debemos, como tú dices, afrontar como un hecho. Al final llega, y lo que debemos hacer es que sea de la manera más feliz posible.
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