"Consejos desde la experiencia para mamás inquietas que se preguntan cómo alimentar a su bebé sin morir en el intento"

miércoles, 16 de julio de 2014

Máxima 25: Melón y sandía, las frutas de verano que le encantan a mi bebé



       Llegado el verano y mi bebé a punto de cumplir un añito, me propuse introducir en la alimentación complementaria las "frutas de temporada": la sandía y el melón, básicamente, porque el resto (níspero, albaricoque...) tienen "pelo" y pueden ser alérgenos en bebés tan pequeños.
      Comencé primero con el melón. A mí particularmente me gusta dulcito, por eso me aseguré de que el primero que probara mi bebé también lo fuera. De los cientos de tipos que existen yo me decanto por el rosado, más tradicional en América Latina, y más dulce también. El verde me parece un poco insípido, sobre todo si quiero que a mi bebé le guste y aprenda a reconocerlo. Más adelante, cuando me asegure de que le gusta el melón, le introduciré otras variedades. El melón es estupendo por su contenido en vitamina C, vitamina A, calcio, magnesio, fósforo y, sobre todo, porque hidrata en esta época de tanto calor. La primera vez que se lo di lo pasé antes por mi super vaporera, porque crudo me parecía un poco pesado. Pero al ver que lo toleraba estupendamente comencé a dárselo crudo: a trozos para que se lo comiera ella misma, aplastadito en un plato, batido con la leche del desayuno (le encanta), y hasta mezclado con otras frutas (tipo potito), porque además de aportar sus propiedades, endulza.
     La siguiente fruta de verano que probó mi bebé fue la sandía (en Latinoamérica: patilla), de la que también hay muchas variedades, casi todas dulces (de todas maneras yo creo que la pulpa, mientras más roja, más dulce). Esa, sin miramientos, directamente le corté un pedazo y se lo di, a ver qué hacía. Puso cara de: "¿y esto qué es? pero no pasó ni un minuto cuando ya estaba rasgando un poquitín más. Se deshace muy rápido, porque es toda agua, así que casi no hay riesgo de atragantamiento (aunque siempre hay que vigilarle).
     Melón y sandía forman parte de la dieta de mi bebé desde que tiene 10 meses. Cuando ve una sandía pone cara de felicidad, la señala con el dedito y dice: "pá" (así le llama al pan), por lo que deduzco que la reconoce y, sobre todo, le gusta.

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