"Consejos desde la experiencia para mamás inquietas que se preguntan cómo alimentar a su bebé sin morir en el intento"

lunes, 31 de marzo de 2014

Máxima 12: La lactancia materna a demanda es "a demanda"



En los grupos de apoyo a la lactancia materna en los que participo he escuchado de todo sobre el término "lactancia materna a demanda". Cosas como "la enfermera me dijo que debo darle el pecho cada 4 horas" o "el pediatra me dijo que contara con el reloj los minutos y que nunca excediera los 12 en una misma toma" o "debo dejarle llorar un rato y darle el pecho cuando ya tenga mucho hambre para que se sacie y duerma"... eso no es "a demanda", si acaso es una barbaridad.
La naturaleza es sabia y, en ese sentido, seguirle de forma intuitiva a veces es lo mejor que podemos hacer. Desde luego es lo que yo hago, y hasta ahora no me ha ido mal.
Desde el día que nació y hasta los 6 meses, mi bebé se ha alimentado exclusivamente de leche materna, en los momentos que ha deseado y cuanto ha deseado, de día y de noche. Eso conlleva, por supuesto, un sacrificio personal. En mi caso, me reincorporé a trabajar cuando mi bebé cumplió los 5 meses, eso quiere decir que hasta entonces, no hubo ningún problema en darle el pecho a cualquier hora y el tiempo que fuese necesario. Del 5º al 6º mes, las horas que yo no estaba las suplía con leche materna que dejaba en la nevera (que no siempre se tomaba) y, una vez que yo llegaba, le daba directamente de mi pecho, como siempre.
En cualquier caso, el pecho "a demanda" tiene sus trucos. Por ejemplo, yo le doy un pecho, del que mama hasta que lo suelta. Después, le doy el otro. A veces lo quiere y a veces no, pero cuando vuelvo a ponerle, lo hago de este último, así me aseguro de que toma lo que éste produce al final, que es una leche rica en grasa y calorías. Otro truco: ponerle "siempre", mientras más mama más leche produzco. "La liga de la leche" lo explica muy bien en "las diez claves de la lactancia materna".   
Mi bebé, que ahora tiene 8 meses, toma pecho cuando quiere y el tiempo que estima necesario (desde los 6 meses le doy alimentación complementaria, pero eso es otro tema). Desde que nació, tengo claro que lo hace no sólo cuando tiene hambre, sino cuando tiene sed, sueño, quiere el calor de su mamá, le duele algo... Cuando se queda un buen rato me doy cuenta de que tenía hambre, y cuando está sólo un momento quizá tenía sed, o quería saber que yo estaba allí, simplemente. Y no pasa nada por eso. A mi hija mayor le di pecho hasta los 18 meses, porque así lo quisimos ambas. En esta oportunidad, la misma naturaleza dirá cuál será el mejor momento para el destete, no me preocupo por ello.  
Por cierto, no acepto que me digan que "usa el pecho de chupete" (porque, además, no usa chupete), o que lo tiene "por vicio". Simplemente ignoro tales comentarios, segura de que quien los hace no tiene ni idea de lo que significa dar el pecho... ni la felicidad que ello produce, a la madre y a su bebé.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Máxima 11: Dar el pecho correctamente es la mejor forma de quitarle el hipo a tu bebé


      El hipo se hizo frecuente durante las primeras semanas de mi bebé, tanto, que llegamos a institucionalizar “la hora del hipo”, que en realidad podía ser cualquiera: mañana, tarde o noche. En una de las consultas le pregunté a la enfermera cuál era la mejor manera de quitárselo y me dijo: “el hipo es más molesto para los padres que para el niño”, así que no me dio ningún remedio.
      La hebra de hilo empapada en saliva y colocada sobre su frente no funciona. Eso sí, se ven hermosos cuando se la colocamos, y más cuando parece que funciona, y cómo no va a funcionar, si se tira allí un buen rato. Asustarlos tampoco sirve, es cuestión de aplicar el sentido común: ni siquiera se dan cuenta, más bien lloran (entonces tienen hipo con llanto), y así se lo hice saber a su padre las veces que lo propuso.
      Resulta que los bebés tienen más riesgo de tener hipo si tragan aire mientras están comiendo. Para evitarlo, yo estaba muy pendiente de darle el pecho en una buena posición. También me di cuenta de que si mamaba muy rápido le daba hipo, por lo que cuando le veía mamar muy de prisa paraba un momento y comenzaba de nuevo. 
      Colocarle en posición vertical inmediatamente después de amamantarle, y aprovechar para sacarle los gases así, también me ayudó a evitarlo. Pero cuando aparecía el hipo, a pesar de mis esfuerzos, el mejor remedio era darle pecho, al poco tiempo se le quitaba. Comprobé que era la mejor forma de quitarle el hipo a mi bebé, y cuando no tenía hipo, era muy feliz.

martes, 11 de marzo de 2014

Máxima 10: los masajes son el mejor remedio para los cólicos de tu bebé *



Mi bebé pequeña lloraba las primeras semanas por cólicos, sobre todo, en la tarde y en la noche. Comencé a notarlo ya en la primera semana. La enfermera me dijo que sería así al menos hasta la semana 12, ya que su sistema digestivo era muy inmaduro. Tomando en cuenta que nació en la semana 35, supongo que el suyo estaría aun menos desarrollado. Con mi hija mayor no sucedió, y ambas se alimentaron exclusivamente de leche materna, así que como he dicho otras veces, cada bebé es un mundo.
Cada vez que comenzaba la tarde, comenzaba también mi angustia. La pobre se retorcía, lloraba. Yo sabía que eran cólicos, porque su pancita se hinchaba y parecía sentirse mejor al cambiarla de posición. Soltaba gases al llorar, y cuando le cambiaba el pañal notaba que al levantarle las piernas los soltaba aun más. Se me ocurrió que si movía sus piernecitas hacia su pancita, repetidas veces, le era más fácil soltarlos. Y así lo hacía, no sólo al cambiarle el pañal, sino en cualquier momento que la viese incómoda.
Recordé entonces que podía hacerle masajes, esos que en las clases de preparación al parto escuchas de soslayo y piensas que “no los vas a necesitar”. Me apunté a un curso y en un par de sesiones aprendí a hacerlos. Aunque en Internet hay miles de páginas donde los explican. Son los mismos. Los circulares en el sentido de las agujas del reloj fueron muy efectivos.
Mi madre me compró un aceite esencial con el que le hacía los masajes: Weleda Baby Caléndula. Lo recomiendo, además del estupendo olor, le dejaba la piel suavecita, nunca le dio alergia y, lo más importante, sirvió para darle los masajes. Aproveché para echarle en la cabecita, así que también me sirvió para quitarle la “costra láctea”. Yo usé ese, pero en el mercado hay muchos, los mejores: los naturales esenciales.
Las abuelas me decían “deja de tomar leche, nada de queso, ni yogures, no comas lechuga, el repollo ni olerlo…” y así, mil cosas. Las probé todas y nunca determiné si la ingesta o la eliminación de alguno de esos alimentos en mi dieta influyeron en sus cólicos.
Nunca se me ocurrió darle a tomar nada, por más que me recomendaron polvos y gotas varias, incluso homeopáticas. Confié en los masajes y en los mimos de mamá. Así superamos esa etapa tan difícil, pero pasajera. Y cuando ya no hubo más cólicos, alrededor de los 3 meses, su cara fue siempre de felicidad. Por cierto, sigo haciéndole masajitos por todo su cuerpecito después del baño, nos reímos un montón.  

*En honor a mi gran amiga Luz y su bebé milagro